A fin de convertirse en un libro viviente

Los artistas crean en una materia externa a ellos obras exteriores a ellos; sobre esa materia externa concentran sus esfuerzos, y hacen maravillas. Pero les diré que para mí el verdadero artista es aquel que en primer lugar es capaz de tomarse a sí mismo como materia de su creación. Todos los métodos de la vida espiritual están allí a su disposición para ayudarlo e inspirarlo en esta tarea.

En el mundo psíquico podemos ser músicos, poetas, arquitectos, escultores, etc. Todas las artes están comprendidas en el trabajo del discípulo de la Ciencia iniciática. Qué descubrimiento fue para mí el día en que entendí que podía trabajar en una materia que no me era extraña, mi propia materia. Por ello, no me ocupo más que en escribir mi propio libro, es decir yo; jamás escribí nada distinto que este libro vivo que soy. Ustedes dirán: «¿Pero y entonces los libros que leemos?» Yo no los escribo, he confiado ese trabajo a ciertas personas. Yo me dedico únicamente a escribir mi propio libro, y hablo a sabiendas de que hablar también es escribir. Sí, hablo esforzándome por imprimir en sus almas escrituras celestes.

... Y cada uno de ustedes también es un libro, un libro que él mismo está escribiendo: sus pensamientos, sus sentimientos trazan los caracteres de una escritura que va a grabarse en la materia de sus cuerpos sutiles. Por consiguiente, he ahí en adelante un trabajo para ustedes: convertirse en un libro viviente. Dedicándose a este trabajo ejercerán una influencia benéfica en todos aquellos que se les acerquen. Esto es también el amor fraternal.

Omraam Mikhaël Aïvanhov